¿Cómo ser felices?
En pareja o solos debemos aprender a ser felices. Somos los únicos responsables de nuestra propia felicidad, esa responsabilidad no se la podemos entregar a nadie más. Sin embargo, algunas personas quieren delegar esa tarea en otros: su pareja, sus hijos o sus padres.
Debemos encontrar nuestra propia fuente de felicidad y esa fuente no se encuentra en las cosas materiales a pesar de lo que muchos piensan. Es cierto que la cosas materiales traen felicidad, pero por lo general es una felicidad que no dura mucho tiempo. Cuando ponemos nuestra felicidad en algo material, es muy fácil que esa felicidad se desvanezca. Lo material se daña, se lo pueden robar, se vuelve obsoleto, en fin. Mientras que, si nuestra fuente de felicidad está en nosotros mismos, nadie nos la puede quitar.
Hace un tiempo leí que muchas veces esa fuente de felicidad se encuentra en lo que nos hacía felices cuando éramos niños. Así que tratemos de recordar qué era lo que nos hacía felices en esa etapa.
Estos son algunos ejemplos de fuentes inagotables de felicidad: cantar, bailar, pintar, escribir, actuar, correr, leer, meditar, cocinar, hay muchísimas. Los invito a buscar cuál es la actividad que les proporciona felicidad, qué los hace olvidar de todos sus problemas, qué hace que el tiempo pase muy rápido y que no dependa de nadie más. Una vez encontremos dicha actividad, cultivémosla, dediquémosle tiempo, volvámosla una prioridad en nuestras vidas.
Hay quienes dejan de lado la felicidad propia, por pensar en ayudar a otros a conseguirla. Se olvidan de que, si somos felices, esto inmediatamente redunda en el bienestar de quienes nos rodean. Así que démosle prioridad a nuestra felicidad y luego podremos ayudar a más personas a alcanzarla. Esto funciona como en los aviones, cuando hay una emergencia nos dicen que primero debemos ponernos la máscara de oxigeno y luego ayudar a los demás.
Otros factores que nos pueden ayudar
- Ser optimistas: una persona optimista la mayoría del tiempo piensa que todo va a salir bien, por lo tanto, vive contenta. Mientras que un pesimista siempre está imaginando lo peor y sufre por todo lo que no ha pasado.
- Disfrutar el proceso, no el resultado final: hay quienes piensan que serán felices una vez logren alguna meta, como puede ser casarse, adelgazar, hablar inglés, tener un hijo, tener casa propia, o carro o viajar al exterior. Muchas veces el resultado final de algo se sale de nuestras manos, no es posible garantizarlo, así que debemos aprender a disfrutar el proceso, pues el resultado final, puede no ser lo que esperábamos o en algunos casos, no se logra.
- Aprender a vivir con menos: creo que esta es una de las grandes lecciones de esta pandemia. Muchas veces el consumismo nos hace pensar que solo podemos ser felices si tenemos muchas cosas, pero en realidad para ser felices no se necesita tanto. Obviamente es muy difícil ser feliz si no están cubiertas nuestras necesidades básicas como son la vivienda y la alimentación, pero una vez cubiertas dichas necesidades, nuestro nivel de felicidad no va a aumentar considerablemente porque tengamos mucho más dinero. Pero pareciera que esto no lo saben muchas personas, pues en su afán de tener mucho dinero, sacrifican su salud, tiempo con sus seres queridos y tiempo para divertirse.
- Cuidar de nuestra salud: es bastante difícil ser felices cuando no gozamos de buena salud, así que cuidar de nuestra salud es primordial para ser felices. Alimentarnos bien, hacer ejercicio y cuidar de nuestro cuerpo y mente, aunque suene trillado, debe ser prioritario en nuestras vidas si queremos ser felices.
- No compararnos con los demás: las comparaciones son odiosas, siempre nos lo han dicho, pero la gente sigue comparándose con los demás en muchos aspectos, lo cual no trae felicidad, sino todo lo contrario. Cada ser es único, así que no tiene sentido torturarnos comparándonos con otros o tratando de ser como otros.
- Seguir nuestros sueños: por el corre diario, muchas veces nos olvidamos de perseguir nuestros sueños. Los sueños no se deben olvidar, por el contrario, debemos tenerlos presentes día a día, para luchar por ellos.
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